MAR DEL PLATA CONTAMINADA
Sería injusto culpar a la actual administración de Gustavo Pulti acerca de los notables grados de contaminación de nuestro medio ambiente. Sin embargo poco se ha realizado para modificar los guarismos contaminantes de la actualidad.
Si bien el Senado de la Provincia de Buenos Aires ha establecido por ley el límite de 2 años para que las empresas modifiquen sus bolsas plásticas por otras de características biodegradables o de papel, la Municipalidad debería haber acelerado los tiempos por medio de una Ordenanza con el apoyo de todas las demás fuerzas de la oposición.
Mar del Plata no resiste una bolsa de plástico más que contamine su medio ambiente.
El centro de disposición final a cielo abierto sigue siendo una lamentable realidad.
Su quema invade el espacio de toda la ciudad aportando nocivas cantidades de humo tóxico generando posibles alergias y contaminando el aire que respiramos.
Los espacios públicos y privados abandonados son cada vez más y no poseen por parte del área respectiva el control de malezas, desperdicios, roedores y otros elementos que aceleran la degradación ambiental de la ciudad.
No hay aún una total conciencia de lo que implica apostar por una ciudad limpia.
Sin la supervisión necesaria del órgano de contralor es imposible combatir los focos de contaminación y los residuos.
Por último y no por ello menos importante, el grado de contaminación que poseen nuestras playas convierte a Mar del Plata en una zona peligrosa para el turismo que nos visita año tras año.
Se vierten miles de litros por día de plaguicidas y herbicidas al mar provenientes de la productiva zona de Batán y Santa Paula.
La pujante industria pesquera vuelca sus deshechos también al mar.
Lo mismo sucede con las cloacas y aguas servidas, con los líquidos residuales de la industria, la hotelería, la gastronomía y de los propios habitantes de la ciudad.
Todo ello se vierte al mar sin ningún tratamiento ni control. Nuestras playas se han convertido con los años en reductos donde la contaminación y la degradación medio ambiental son moneda común. Casi tan contaminante como el Riachuelo de la Ciudad de Buenos Aires.
Es imposible que nuestra ciudad aún pueda autoproclamarse “Ciudad Turística del Mundo” con este grado de contaminación en las aguas que bañan nuestras costas.
El Emisario Submarino que aún sigue siendo una esperanza para la zona norte de la ciudad está en vías de finalizar. Será por cierto un gran alivio para quienes han tenido que padecer los olores nauseabundos y sus playas totalmente contaminadas llegando hasta la vecina localidad de Santa Clara del Mar por la marea.
Hasta las propiedades sufrieron una desvalorización fruto de la desidia por no finalizar de una buena vez con la obra en cuestión.
Debemos convertir a Mar del Plata en una ZONA VERDE. Exclusiva e inclusiva, donde toda la comunidad se comprometa a apostar por la limpieza de sus calles, de sus baldíos, de sus playas en pos de ofrecerle playas limpias a todos aquellos que eligieron a nuestra ciudad para disfrutar del mar.
Reclamando a la Administración Municipal de turno que ponga su esfuerzo en el control de efluentes cloacales, líquidos contaminantes de la industria y la zona productiva y desde ya la desaparición de las bolsas plásticas en super e hipermercados y demás empresas de la ciudad será un buen comienzo.
Es un problema cultural y de conciencia ciudadana.
Apostemos por una Mar del Plata nueva sin contaminación.
Ricardo Bengolea
Coordinador General
MAR DEL PLATA NUEVA
jueves, 15 de octubre de 2009
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