CORRUPCION: En forma recurrente candidatos a diferentes cargos , nacionales, provinciales y municipales hacen constantes convocatorias a combatir la corrupción. Para bailar el tango hacen falta dos, con la corrupción sucede lo mismo: quién ofrece y quién acepta ser corrompido.
En las mayores democracias del Mundo, la corrupción tanto en el orden público como privado están vigentes. Cuanto más crecimiento económico haya, cuanto mayor se agrande la torta a repartir, mayor será el apetito de los corruptos. Sin embargo, en esas comunidades avanzadas, el cumplimiento de la LEY es primordial. Sociedades donde el delito de corrupción es punible, como cualquier otro. El ciudadano podrá ser corrupto o ser corrompido, siempre serán castigados con todo el peso de la LEY. En nuestro país, donde el castigo por actos de corrupción no posee la entidad suficiente para ser considerado punible, sea por la falta de criterio de los jueces, de la ausencia de participación de una opinión pública responsable y comprometida y la concientización por parte de los dirigentes acerca de la noción de la palabra corrupción y el perjuicio que la misma ha generado a demasiadas generaciones de argentinos.
Otro concepto de corrupción, muchas veces olvidado, esta referido a la incapacidad para gobernar. La incapacidad, a sabiendas del administrador de turno que no podrá eficientemente cumplir con las funciones para el cual ha sido designado o electo, también es un grave hecho de corrupción.
La sociedad argentina, deberá replantearse el sistema de premios y castigos como fundamento basal de un nuevo orden republicano, inexistente en la actualidad.
IMPUESTOS: Los distintos organismos estatales de recaudación impositiva, sean éstos de caráter nacional, provincial o municipal, han hecho siempre hincapié, en los últimos 40 años, que la sociedad pague la mayor cantidad de impuestos posibles, aunque sean confiscatorios, aunque se superpongan unos con otros, aunque sean cada vez menos los contribuyentes. Si observamos las economías más desarrolladas del Planeta, veremos cómo generan cada vez más bienes y servicios, cada vez más ganancias. Un Estado recaudador pero al mismo tiempo brindando a la comunidad que representa aquellas actividades indelegables como son la Defensa, la seguridad, la educación y la Justicia.
En Estados cada vez más ineficientes o corruptos , la presión ejercida por
sus entes recaudadores son cada vez más afixiantes. En Europa, Japón o en los Estados Unidos, los candidatos a Primer Ministro o a la Presidencia de la Nación, compiten entre ellos para cobrar cada vez menos impuestos y ofrecer cada vez más y mejores servicios.
¿ Es justo seguir pagando impuestos a uno o varios Estados mientras no cumplen con su obligación de brindar a la ciudadanía los servicios básicos de seguridad, educación, defensa y justicia?
Sería interesante considerar éste tema como algo primordial para la futura relación Estado/ Contribuyente. Es una cuestión de justicia: El Estado recauda pero el contribuyente no recibe los beneficios de esa contraprestación.
Dr Ricardo Bengolea
sábado, 27 de octubre de 2007
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