martes, 23 de octubre de 2007

ELECCIONES DEL 28 DE OCTUBRE 2007

CARTA ABIERTA A LOS CIUDADANOS


Durante muchos años, desde el feliz advenimiento de la democracia, hemos gozado de uno de sus mayores derechos: el sufragio. Poder premiar o castigar con nuestro voto a quienes tuvieron la responsabilidad de administrar nuestra República, seguramente es uno de los privilegios que hemos logrado y mantenido a partir de 1983.
En ese momento la premisa era consolidar la democracia y la mayoría aceptó que la misma nos pudiera saciar el hambre, generar los conceptos más modernos del conocimiento e incluso ser la solución definitiva a nuestra decadencia como sociedad luego de tantos años de oscuridad y desencuentros.
Un hombre llamado a ser la bisagra política de una época difícil, el Dr. Raúl Alfonsín, no supo o quizás no pudo lograrlo.
Luego nos llamaron a seguir a otro hombre: el Dr. Carlos Menem, prometiéndonos que no nos iba a defraudar. Conocimos los sabores del Primer Mundo, sin el esfuerzo y el sacrificio necesarios para serlo.
Crecimos económicamente como nunca, sin embargo la corrupción, congénita al Presidente y su séquito, desnudó la cruda realidad: la falta de ética republicana, de seriedad y de transparencia nos sumía en la mayor de las impotencias.
A tanto desborde le respondió, la mayoría del Pueblo, con la límpida imagen del Dr.Fernando De la Rúa. Un demócrata que había realizado el cursus honorum de la política con éxito, sin embargo no estaba a la altura de las apremiantes necesidades de nuestro País. Hubiera sido un excelente Primer Ministro de Austria. Pero no pudo finalizar su mandato tanto por las desavenencias internas de su Partido, su propia incapacidad y las puebladas gestadas en el conurbano bonaerense.
Luego de la experiencia de Alfonsín y de De la Rúa, la pregunta sería : ¿ Se puede gobernar sin el justicialismo?.
Luego, como en una tragedia griega, surge el desfile de Presidentes y la triste página de nuestra historia se vuelve a teñir de decepción, donde el pensamiento más profundo fue la súplica : Que se fueran todos. Entonces: ¿Quién gobierna pues?
Lo que sí se le reconoce a nuestro actual Presidente, el Dr. Néstor Kirchner, es su habilidad para consolidar y utilizar el poder ¿ Para qué? ¿Para transformar qué y cómo?
La inteligencia de quienes nos gobiernan se debe plasmar en la felicidad de su Pueblo y no somos felices. La libertad que nos reconoce la Constitución Nacional no la reconoce éste Estado totalitario. La verdad que nutre nuestra existencia como un manantial se transforma en una utopía por parte de ésta Administración. El Presidente no respetó al Parlamento como caja de resonancia de los clamores de los ciudadanos, tampoco respetó la autonomía del Poder Judicial. No respetó la libertad de Prensa según los anuales informes de la Sociedad Interamericana de Prensa. Nos engañó cuando nos definió su origen y concepción progresista, su lucha contra la corrupción y el desafío por colocar al País en el concierto de Naciones desarrolladas.
Podría ser más preciso y volcar en éstas líneas cientos de actitudes y resultados que no condicen con las características de País y mucho menos de República como lo idearon Don José de San Martín, Sarmiento, Alberdi y tantos otros padres y madres de la Patria. Contradiciendo la afirmación de James Carville, estratego de Bill Clinton en 1992,
¡No es la economía, estúpido, es la República! lo que hay que restaurar con el voto el próximo domingo.

Dr. Ricardo Bengolea
www.mardelplatanueva.blogspot.com

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